jueves, 6 de agosto de 2009

¡Un Oriental en la brigada!

(Foto fija: Roberto C.G.)

¡¡¡¡¡Fiiiiiiiirmes!!!!!!!!!!!!! La orden rebota como una bala perdida entre el triste hormigón y acto seguido las nuevas reclutas intentan despistados ejecutar una postura corporal tensa y erguida mientras el sargento al mando oculta una sonrisa de empatía tras una mueca de alambre-espina. Menos mal que este sólo es el cine. ¡Pero espera un momento! ¿Donde esta el equipo de rodaje? ¿la cámara y las luces? Y sobre todo ¿donde cojoxxxs esta mi capuchino que pedí hace mas que quince minutos?

Las apariencias engañan pero tampoco tanto. Resulta que los pobres reclutas son participantes del cortometraje "Campo de Batalla" de la productora Carisma Films y dirigido por Fran Casanova donde yo colaboré como “Making Of” (o como se llame) . El argumento del corto se transcurre durante una batalla en la guerra civil española y para entrar en materia tanto el equipo técnico y como el artístico pasó un fin de semana recibiendo instrucción militar de la época: orden cerrado, orden abierto, manejo de armas, etc.

Todo fue organizado con gran atención a los detalles. La ropa era de época, las armas eran auténticos fusiles usados en la guerra civil y hasta el lugar de entrenamiento (y el consecutivo rodaje) había sido testigo de sangrientas y trágicas batallas. Prueba de ello fueron las numerosos trozos de metralla fácilmente encontrados al bajar vista al suelo hasta que fuimos testigos del hallazgo de una bomba alemana de uno cincuenta kilos que apareció al excavar las trincheras que iban a ser usados para el rodaje.
Tanto el entrenamiento como todo el material corrió a cargo del “Frente de Madrid” una gente que a pesar de su nombre no tiene nada que ver con el fútbol sino es una “asociación de recreación histórica”.


Curiosamente todo el mundo se lo tomó muy en serio a pesar de tener que correr repetidamente colinas arriba bajo un sol despiadado. No había ni uno que chillaba los versos de marcha de “La naranja mecánica” ni que silbaba el himno de “El Puente sobre el Río Kwai” ¡Unos auténticos profesionales!

Documentar aquello me recordó de mi año de servicio militar que mi patria sueca me impuso, pero con la gran diferencia que lo mío jamás iba a servir para nada (al no ser que la intención siempre fue hacer regresar nuestra edad mental unos cinco años, algo que consiguieron a perfección) y que en Suecia entonces ni de lejos pasamos tantísimo calorrrrrrrrrr.

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